A medida que la industria del automóvil se embarca en un cambio en la tecnología de las transmisiones, los fabricantes de estos complejos componentes deben cumplir unos estándares de calidad clave para evitar fallos de seguridad críticos

Todo parece indicar que las transmisiones automáticas serán cada vez más comunes en el mercado de la automoción, especialmente en relación con los trenes de potencia híbridos y puramente eléctricos, y no solo por su contribución a la eficiencia para alcanzar objetivos de reducción de CO2. El fabricante de transmisiones Getrag, por ejemplo, espera doblar las ventas de transmisiones automáticas de doble embrague para finales de esta década.
 
Según Ulrich Knödel, gestor global sénior de ingeniería avanzada de Getrag, esta tendencia tiene implicaciones en el proceso de desarrollo de sistemas de transmisión automática. “La complejidad en el desarrollo de transmisiones automáticas se deriva por lo general de las múltiples funciones del sistema, como el embrague automático, cambio de marcha, aparcamiento y comunicación con el motor y la interacción con varios subsistemas, por ejemplo el hardware mecánico, sistema hidráulico, electrónica, sensores, señales y el software que realiza estas funciones”, nos indica. “En unos procesos tan complejos, se pueden producir fallos fácilmente, algunos de ellos son críticos para la seguridad y deben evitarse”.
 
Getrag tiene su sede en Untergruppenbach, Alemania, pero cuenta con aproximadamente 13.400 empleados en 23 ubicaciones en todo el mundo y tuvo unos ingresos de 3.000 millones de euros en 2012. La empresa declara ser el primer proveedor de la industria del automóvil en implementar un estándar de la organización internacional de estándares (ISO) que se ha desarrollado específicamente para regular los procesos de desarrollo y definir los estándares referentes al desarrollo de sistemas eléctricos y electrónicos relevantes para la seguridad en los vehículos. Se trata del estándar ISO 26262 cuyo certificado recibió Getrag en octubre de 2013 de manos del centro certificador acreditado SGS-TÜV Saar.
 
Similar pero más específico
Según Knödel, el estándar es muy diferente de los estándares ISO más conocidos de gestión de calidad y medio ambiente, aunque cuenta con algunos paralelismos. “Hay aspectos similares, como un buen proceso de desarrollo”, confirma. “Pero en contraste, el estándar ISO 26262 se relaciona específicamente con los requisitos para garantizar la seguridad de los productos que contienen componentes eléctricos o electrónicos (sistemas E/E) en la industria del automóvil, que son cada vez más comunes en aplicaciones como la dirección y cambio de marcha electrónicos”. Por lo tanto, según nos indica, ISO 26262 es “más detallado en los requisitos para el desarrollo y control de calidad de sistemas, hardware y software que el estándar de calidad”.
 
El cumplimiento del estándar también requiere un acercamiento sistemático para la seguridad funcional dentro de la empresa. Knödel dice que este requisito cubre la gestión general de seguridad, por ejemplo, la gestión de apoyo y formación, pero también un desarrollo integral y procesos de prueba. El objetivo es evitar “fallos sistemáticos”. En el caso de Getrag, la formación se realiza generalmente de forma interna por parte del equipo de seguridad funcional de la empresa, aunque se utilizan recursos externos para individuos con responsabilidad de gestión de seguridad más específicos en el procesos de desarrollo del producto.
 
Probablemente la exigencia clave para el cumplimiento del estándar se relaciona con la forma con la que la empresa interactúa con sus proveedores. “En un desarrollo distribuido, el estándar exige un denominado acuerdo de interfaz de desarrollador (DIA),” explica Knödel. “El objetivo es una alineación detallada entre las partes implicadas tanto durante el desarrollo con en el posventa con respecto a los requisitos del estándar”.
 
Merece el esfuerzo
El factor de negocios para cumplir el estándar es contundente. Tal y como explica Knödel: “Al cumplir los requisitos, Getrag garantiza un desarrollo vanguardista de sus sistemas E/E. Las transmisiones modernas tienen una mayor parte de piezas E/E y un fallo en el software o el hardware eléctrico podría provocar una situación de seguridad crítica, por ejemplo que el vehículo funcione en sentido contrario. Por lo tanto, el conocimiento en seguridad funcional por parte del proveedor está creciendo en importancia para los fabricantes OEM”. Según Knödel, el aumento del volumen de Getrag en transmisiones de doble embrague controladas electrónicamente y sus versiones híbridas “no serían posibles sin un intenso conocimiento sobre seguridad funcional”.
 
Sea cual sea el esfuerzo necesario, Knödel asegura que el cumplimiento del estándar será considerado cada vez más como esencial y que donde Getrag ha iniciado el camino, otros le seguirán. “Sería demasiado arriesgado para cualquier empresa no seguir estos procesos”, nos dice. Knödel confía en que a medida que los procesos necesarios se integren en la empresa su aplicación consistente será más fácil. “Si realizas este esfuerzo sistemáticamente, y si tienes un vínculo inteligente entre los procesos de desarrollo y la seguridad funcional, este esfuerzo se reducirá drásticamente después de la tercera o cuarta aplicación nueva”, comenta.
 
Pero al mismo tiempo, Knödel reconoce que el efecto del estándar podría no ser inmediatamente notable en los atributos específicos del producto. Al contrario, nos dice: “El impacto se encuentra en el lado de los procesos de desarrollo, el mayor beneficio se encuentra en el hecho de que todas las partes participantes sepan qué hacer y cuándo”. Un efecto evidente es el aumento de la "comprensión común en materias de seguridad”.
 
Getrag declara que muchos de sus productos ya se han desarrollado según los requisitos del estándar. Entre ellos están los productos 7DCI700 y 6DCT250 de la empresa que se han utilizado en BMW y Renault, en 2008 y 2010 respectivamente. También es el caso de la recientemente anunciada transmisión 7DCT300 de tracción delantera, 7 marchas, transversal de doble embrague que se lanzará al mercado a finales de 2015.

Knödel explica que aunque el estándar se promulgó formalmente en noviembre de 2011, Getrag ha estado desarrollando el cumplimiento de sus exigencias desde 2007. La empresa no estaba directamente involucrada en el desarrollo del estándar, pero mantuvo una comunicación estrecha con el encargado del grupo de trabajo responsable de su redacción.
 
Lo que parece seguro es que el estándar ISO 26262 ha venido para quedarse y que será común. Al preguntarle si considera que el cumplimiento del estándar es una exigencia de los fabricantes OEM, que son quienes determinan las normas en las siguientes fases de la cadena de suministro, Knödel es contundente: “Sí, definitivamente”.

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