A medida que la producción norteamericana continua recuperándose de la crisis económica, México se está convirtiendo en el motor de crecimiento, cada vez más fabricantes de coches invierten en instalaciones y crece la producción

El proceso de recuperación en la industria del automóvil en EEUU sigue adelante después de la crisis económica y ya se están alcanzando cifras anuales previas a 2008-2009. El año pasado se construyeron más de 11 millones de coches, camionetas ligeras y vehículos comerciales (CV), otro dato favorable es que en los primeros seis meses de este año parece que la producción se acercará a la cifra récord de 12,3 millones del año 2002, algunas estimaciones vaticinan que ya se está alcanzando esa cifra.

México es miembro del tratado de libre comercio de América del norte (NAFTA) y ha crecido tan rápido en los últimos 14 años que ha añadido otros 1,2 millones de unidades a su producción de vehículos, por lo que alcanzó los más de 3 millones de vehículos el año pasado según datos de la Organización internacional de constructores de automóviles (OICA). Gran parte de esta producción se exporta a través de su frontera norte.
 
El número de plantas en EEUU y Canadá se ha mantenido estable después del doloroso parada provocada por la crisis y la subsiguiente bancarrota y restructuración de dos de los tres principales fabricantes estadounidenses, mientras tanto, México ha seguido atrayendo a los fabricantes de automóviles para que construyan nuevas plantas y aprovechen los salarios inferiores, el aumento de la productividad y las ventajosas condiciones de la NAFTA. “No hay duda de que México se encuentra en una posición muy fuerte actualmente”, nos dice Mike Jackson, director de análisis de producción de vehículos en Norteamérica de IHS Automotive.

La participación de los fabricantes en México ya era notable, pero en los 12 últimos meses se ha confirmado que el país es uno de los principales productores del mundo, hay nuevas fabricas en camino y los tres fabricantes premium alemanes están planificando nuevas plantas.

Novedades en los segmentos B y C
A las marcas ya establecidas en México – Nissan, VW, Toyota, Ford, Chrysler, Honda y GM – se suma también Mazda, que ha iniciado la producción en su nueva planta de Salamanca, en el estado de Guanajuato. La producción inicial está centrada en el Mazda3 de segmento C pero están previstos más modelos a medida que la planta alcanza su capacidad plena de 140.000 unidades al año.
 

Por su parte, Honda ha pasado de ser un ensamblador de coches a pequeña escala en México a convertirse en un agente mucho mayor con el inicio de la producción del modelo Fit (Jazz) de segmento B en Celaya, también en Guanajuato. De esta forma añadirá otras 200.000 unidades anuales a su producción además de la planta de la empresa en el estado de Jalisco.

Se confirma la confianza de las marcas japonesas en México, a finales del año pasado Nissan comenzó a construir el modelo Sentra de segmento C en una segunda planta recientemente inaugurada en su enorme instalación de Aguascalientes. En la primera mitad del año la planta habría producido casi 100.000 unidades de este modelo. Combinado con la instalación adyacente que produce principalmente modelos de segmento B, la producción alcanzó las 300.000 unidades; Aguascalientes es ya la mayor instalación de producción en Norteamérica, superando incluso a la enorme fábrica de VW en Puebla, al sudoeste de Ciudad de México.

Mientras tanto, VW ha añadido su modelo Golf hatchback de última generación a su línea de producción de Puebla en enero de este año. Hasta entonces se había centrado en el Beetle, la versión familiar del anterior Golf y el saloon Jetta de segmento C. Según Jackson el objetivo es centrarse en los vehículos más pequeños que requieren una base de producción de bajo coste para que las cuentas salgan.
 
Pujando por la gama alta
Sin embargo, en los últimos meses, México está demostrando su capacidad para construir otra clase de vehículos: la gama alta. La producción actual se centra principalmente en coches y vehículos comerciales pequeños y económicos, pero está previsto que en el futuro se fabriquen coches de los tres fabricantes alemanes de gama alta. “Es un logro excelente. Demuestra la capacidad de superación de México”, nos indica Jackson.

La marca Audi perteneciente a VW fue la primera en anunciar su producción en México, ya ha comenzado a trabajar en una planta que abrirá en 2016 y que fabricará 150.000 unidades al año del SUV Q5 de tamaño medio. La fábrica ubicada en San José Chiapa, cerca de Puebla, empleará a 3.800 trabajadores.

Nissan Aguascalientes

Daimler ha seguido con esta tendencia y anunció en Junio que comenzará también a fabricar coches en el país, su producción comenzará en 2018 en una nueva instalación de Mercedes junto a la planta de Nissan en Aguascalientes. La proximidad se debe a que los vehículos de segmento C de Mercedes se fabricarán junto con los vehículos del mismo tamaño de la marca Premium Infiniti de Nissan, ya que compartirán plataforma y motores.

Los coches que fabricará Infiniti serán probablemente el pequeño SUV crossover anunciado ya para Nissan Sunderland y se producirá a partir de 2017 en esta planta, que tendrá capacidad para 300.000 unidades al año. Ambas marcas compartirán la inversión de 1.000 millones de dólares. Ambas empresas ya colaboran en motores, la planta de Nissan en EEUU en Decherd, Tennessee comenzó en junio la producción de motores de cuatro cilindros para el saloon clase C de Mercedes y el SUV Q50 de Infiniti.
 
En julio BMW anunció que construiría una planta en México para complementar la producción de su exitosa planta estadounidense de Spartanburg, Carolina del Sur. Será la última de las tres grandes marcas en iniciar la producción, se prevé que los primeros coches lleguen en 2019. No se han especificado los modelos, pero especialistas del sector consideran que es muy probable la presencia de la Serie 3. La nueva planta de BMW tendrá capacidad para 150.000 unidades y se encontrará al oeste de Aguascalientes, en el estado de San Luis Potosí, donde GM tiene una planta que produce los modelos Chevrolet Aveo y Trax de segmento B y también transmisiones. Representará una inversión de 1.000 millones de dólares.
 
Buscando las ventas
Las marcas no aspiran al relativamente pequeño mercado mexicano, sino su potencial global. “México se beneficia de su gran número de tratados de libre comercio”, indica Jackson. “Estos permiten un acceso favorable a unos 45 países en todo el mundo”. El principal de ellos es NAFTA. En los primeros seis meses del año la producción de vehículos en México fue de 1.597.594 unidades según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). 1.273.571 de estas unidades fueron exportadas, un notable 80%.

Actualmente los vecinos al norte de México, EEUU y Canadá se llevan la mayor parte de las exportaciones con más de 1 millón sobre el total. Sin embargo hay otras regiones que cada vez son más importantes, Sudamérica responde al 10% de las exportaciones, Europa un 5% y Asia otro tanto. Estas proporciones podrían cambiar cuando México comience a construir vehículos de gama alta, Audi por ejemplo ha indicado que pretende exportar el Q5 "globalmente".


El cambio de la dinámica [en EEUU] es que muchos fabricantes buscan cada vez más diseñar y desarrollar productos y producirlos aquí con el objetivo de venderlos en un rango más amplio de países en todo el mundo" – Mike Jackson, IHS


México podría seguir un modelo ya visto en EEUU, donde las marcas exportan cada vez más vehículos de gama alta desde una única central. BMW lo hace con éxito con su planta especializada en modelos SUV en Spartanburg, está previsto que esta planta se expanda su producción a finales de 2016 desde las 300.000 a las 450.000 unidades anuales, por lo que se convertirá en la mayor red de producción de la empresa. BMW indica que actualmente el 70% de su producción se exporta desde los EEUU. El último SUV de la marca, el modelo X7, se fabricará exclusivamente allí junto con los modelos X3, X4, X5 y X6. BMW ha citado un informe del departamento de comercio de EEUU que indica que el valor total anual de sus exportaciones alcanza los 7.500 millones de dólares, lo que les convierte en el principal exportador estadounidense fuera de la región NAFTA.

Mientras tanto, Ford exportará su próxima generación de deportivos Mustang desde su planta de Flat Rock en Michigan a los mercados globales. Previamente, el modelo abanderado solo estaba disponible fuera de Norteamérica esporádicamente. Más recientemente, la marca también ha indicado que exportará el nuevo SUV grande Edge desde su planta recientemente renovada en Oakville, Canadá, a más de 60 países con el fin de participar en el aumento de la demanda global de modelos SUV.

Jackson cree que EEUU podría exportar entorno a 2,5 millones de coches anualmente fuera la región NAFTA en 2021, más del doble de los 1,3 millones que según él se exportan actualmente. “En el lado negativo, se han infrautilizado muchas instalaciones y se han cerrado otras muchas. El cambio de la dinámica esta vez es que muchos fabricantes buscan cada vez más diseñar y desarrollar productos y producirlos aquí con el objetivo de venderlos en un rango más amplio de países en todo el mundo" nos dice.

Ford es un buen ejemplo. La empresa ha indicado que quiere construir coches y vehículos comerciales ligeros (LCV) en tan solo nueve plataformas. Actualmente utiliza 15, por debajo de las 27 utilizadas en 2007. La gran inversión necesaria proporcionará la deseada economía de escala según Darren Palmer, director global de líneas de vehículos de segmento B. Ford considera que la reducción de líneas de modelos agradará a los mercados globales: “Las necesidades de los mercados están convergiendo”, indica Palmer. Un ejemplo reciente es la finalización de la producción del furgón Ford Econoline en la planta de Ohio, éste será sustituido por el Ford Transit europeo que inició la producción en abril en la renovada planta de Kansas City. Mientras tanto, Ohio ha recibido la asignación de las pick-up de carga media F650/F750 que actualmente se fabrican en México en una joint venture con el fabricante de camiones Navistar, esta es una de las pocas ocasiones en las que la producción se ha desplazado desde un país de bajo coste.
 
Fortalecer el contenido local
Cualquier marca que produzca en México debe demostrar que el contenido de piezas norteamericanas es del 50% respecto a los costes netos y aumentará al 62,5% en cinco años con el fin de beneficiarse de los acuerdos de importación favorables del acuerdo NAFTA. Esto está teniendo un efecto importante en la base de proveedores de México, y la última ronda de acuerdos para nuevas fábricas viene acompañada de proyectos de parques de suministro locales.

Nissan ha prometido un nuevo parque de proveedores junto a su fábrica Aguascalientes 2, tendrá una superficie de 55 hectáreas y alojará a proveedores en cinco edificios de más de 150.000 metros cuadrados. Ya han confirmado su presencia el productor de acero surcoreano POSCO, el fabricante de asientos japonés Tachi-S y el especialista en cableado Sanoh, también japonés.

Audi es otra de las marcas que está asistiendo a sus proveedores, ha planeado un parque al sur de su nueva planta en San José Chiapa que empleará entorno a 1.000 personas. La empresa ha indicado que ya tiene 130 proveedores listos para la producción del Q5, el 75% norteamericano y un 20% de Europa. Audi planea alcanzar el 90% de proveedores norteamericanos en el futuro y aunque la marca no se haya pronunciado, esto implica desplazar el suministro de motores. Es probable que comparta los motores con VW, que fabrica motores de gasolina con turbocargador TSI en su planta de Silao, en el estado de Guanajuato, al norte de la nueva planta de Mazda (que también contará con producción de motores a partir de octubre).

BMW todavía no cuenta con esta infraestructura en Norteamérica, mientras que Mercedes la ha alcanzado solamente a través de su vínculo con Nissan. Sin embargo, parece que BMW contempla dicha empresa según un artículo de Bloomberg en diciembre del año pasado.

En conjunto, los fabricantes de coches en México cuentan con proveedores en todos los niveles, lo que refleja la madurez relativa de la industria en el país. Según un informe de KPMG publicado este año, México cuenta con 1.200 proveedores, 500 de los cuales son mexicanos, y hay muchos más en camino. Los datos de KPMG muestran que México es hoy en día el quinto mayor proveedor de piezas después de China, Japón, EEUU y Alemania.
 
Aliviando la presión de capacidad de EEUU
La expansión de México está ayudando a los fabricantes estadounidenses que se encuentran al límite de su capacidad. “Algunas plantas se encuentran al 90% de capacidad. Esto no es sostenible a largo plazo”, indica Jackson. Por ejemplo, en julio Reuters informó de que Kia estaba negociando con el gobierno mexicano sobre la posibilidad de una nueva planta en Monterrey, estado de Nuevo León y cerca de la planta de vehículos comerciales de Chrysler en Saltillo. Con una capacidad de 300.000 unidades anuales, la instalación reducirá la presión de la planta de Kia de EEUU en West Point, Georgia, que actualmente trabaja en tres turnos y que comparte con Hyundai. De hecho, Kia anunció un récord de ventas en EEUU en julio.

VW Chattanooga
Además de BMW otras marcas están expandiendo también sus instalaciones actuales en EEUU. Una de las actualizaciones que ha llamado la atención es el anuncio de VW en julio de construir un nuevo SUV de siete asientos en Chattanooga, Tennessee a partir de finales de 2016 y que complementará la producción actual del Passat en la misma planta. La decisión estuvo pendiente durante mucho tiempo después de la revelación del concepto CrossBlue que precedía al vehículo y que mantenía también a Puebla entre las opciones hasta que se anunció que la inversión de 900 millones de dólares se destinaría a EEUU.

Los analistas estadounidenses argumentaron que VW está recompensando una votación de la plantilla para rechazar la representación del sindicato UAW, aunque este sindicato sí ha obtenido una representación minoritaria en la planta desde entonces. La inversión es significativa porque el vehículo se basará en el toolkit modular MQB de WV, lo cual significa que también atraerá a la plataforma versiones futuras del Passat actual que es específico para EEUU.

Otra área de crecimiento en EEUU es la alta tecnología. BMW invertirá 200 millones de dólares en una joint venture con el grupo SGL que fabrica fibra de carbono en Moses Lake, Washington. Mientras tanto, Tesla, el fabricante de coches eléctricos con sede en California ha firmado un acuerdo en julio con Panasonic por su planta de baterías ‘Gigafactory” que según estimaciones de la empresa empleará a 6.500 trabajadores en 2020. No se ha confirmado la localización, pero los informes sugieren que Nevada es la primera opción.
 
Unificando producción, adquisiciones e ingeniería
Probablemente la decisión que más titulares ha generado en los últimos 12 meses es el anuncio de Toyota en abril de desplazar su sede central en Norteamérica de California a un centro compartido en Plano, Texas, para el año 2017. Se trasladarán los sectores de fabricación, ventas, marketing, operaciones corporativas y finanzas al nuevo emplazamiento, lo que afectará a 4.000 empleados.
 
Según Jackson, la decisión se debe en parte a la intención de Toyota de alinear el estado, el mayor mercado de vehículos pick-up en EEUU y el emplazamiento de producción de modelos pick-up Tacoma y Tundra en San Antonio. “Cualquier cosa que agrade a los tejanos es buena, Toyota no son tan fuertes como les gustaría en las categorías de camiones de tamaño completo”, nos dice. También influyen los incentivos del estado, combinados con el deseo de abandonar el costoso California, pero considera que la clave ha sido la convergencia corporativa: “Con seguridad observaremos en el futuro una mayor coordinación dentro de las organizaciones, desde adquisiciones a producción”.

Toyota Texas
La transición de Toyota sigue al movimiento de Nissan en 2008 desde su sede en California a los suburbios de Nashville, Tennessee, cerca de su planta de Smyrna con capacidad para 550.000 unidades anuales. “El objetivo es que las comunidades de ingenieros, adquisiciones y fabricación trabajen coordinadamente”, nos indica Jackson.

Según Jackson los tres grandes, Ford, Chrysler y GM también están mostrando el mismo deseo de unir adquisiciones a fabricación e ingeniería.

“En el pasado, los ejecutivos de adquisiciones eran conocidos por su capacidad de adquisición, ahora se están uniendo el aspecto técnico e ingeniero a la adquisición," nos indica y añade que el actual jefe de adquisiciones de Ford, Hau Thai-Tang procedía de ingeniería cuando se le designó el año pasado.
 
La producción canadiense es relativamente estática (1.265.994 unidades en el primer semestre del año, casi 400.000 menos que en México) y no se prevén nuevas plantas en EEUU, por lo que México se vislumbra como el mayor motor de crecimiento en Norteamérica a corto plazo. Los analistas prevén una producción de 4 millones para el año 2020, donde competiría en capacidad con países más poblados como Brasil e India e incluso con el potente centro asiático de Corea. No está mal para un país que el año pasado vendió 1 millón de unidades dentro de sus fronteras.

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