La marca se ha integrado en Renault-Nissan por lo que surgen nuevas posibilidades de producción en el sudeste asiático En octubre de 2016, con su propio escándalo de consumo de combustible en lo más álgido, Mitsubishi fue adquirida por Nissan, que obtuvo una participación mayoritaria del 34%. Todavía sumido en su alianza con Renault, el CEO de Nissan (ahora presidente) Carlos Ghosn mostró su plan para el desarrollo de sinergias con Mitsubishi: eliminar la duplicación de tareas en cuatro años y alcanzar niveles de componentes compartidos, plataformas comunes y uso conjunto de fábricas con Mitsubishi al mismo nivel que con Renault. En total Ghosn pretende ahorrar 441.5 millones de dólares en 2017-18 y doblar esta cifra en 2018-19. Sin embargo, ha descartado una fusión formal, su objetivo es que Mitsubishi “se reforme a sí misma”, aunque este proceso se realizará siguiendo las directrices de Nissan. Vista en su conjunto, la llegada de Mitsubishi a Renault-Nissan significa que producirán anualmente unos 10 millones de vehículos al año y se asienta así entre las tres principales marcas del mundo, muy cerca de Volkswagen y Toyota.
El sudeste asiático será la clave para saber si Nissan ha tomado la decisión correcta al adquirir Mitsubishi. En los últimos años Mitsubishi y Nissan se han visto superados por el éxito de Honda, Toyota y Daihatsu en esta región. En Indonesia por ejemplo, el mayor mercado del sudeste asiático, Mitsubishi y Nissan tienen una participación combinada inferior al 10%, por debajo del 14% de 2012, mientras que los competidores, por un lado Toyota-Daihatsu, ha crecido del 51% al 54% y Honda ha triplicado su cuota de tan solo el 6% al 19% en el mismo periodo. En Tailandia también Mitsubishi y Nissan han caído del 17% al 13% durante el mismo periodo mientras que la participación de Honda creció del 11% al 14%.
Mitsubishi perdió cuota de mercado en Tailandia, pero durante el año fiscal 2016-17 fue el principal exportador del país al enviar cerca de 310,000 vehículos a otros mercados. Su complejo industrial de Laem Chabang consiste de tres plantas de vehículos y una de motores, cuenta con 6,000 empleados y tiene la mayor capacidad de Mitsubishi en todo el mundo, 424,000 unidades anuales, por lo que se ha convertido en la mayor fuente de exportaciones de la empresa. Este complejo productivo exporta el 80% de su producción, el 28% llega a Europa, el 25% a otros mercados asiáticos, el 21% a Norteamérica y el 12% a Oceanía.
• Con la suma de Mitsubishi el grupo Renault-Nissan se coloca en tercer lugar detrás de Volkswagen y Toyota a nivel mundial, con un volumen de producción de entorno a 10 millones de vehículos al año
• Mitsubishi tiene una capacidad de 400,000 unidades anuales en Tailandia, pero solo produjo 353,000 vehículos el año pasado, lo que representa un exceso de capacidad de más del 15%
• Mitsubishi es el principal exportador de Tailandia con 310,000 unidades exportadas en el año fiscal 2016-17
Nissan y Mitsubishi tienen un exceso de capacidad tanto en Tailandia como en Indonesia y una de las soluciones inmediatas para este problema será utilizar este exceso para completar sus carencias en el catálogo mediante placas compartidas, el primer ejemplo de ello llegará a finales de 2017. Una nueva fábrica en Karawang, Indonesia, costó 600 millones de dólares y comenzó la producción en abril de este año con capacidad para 160,000 unidades anuales y una plantilla de 3,000 trabajadores. Esta planta producirá el SUV Pajero Sport, el vehículo comercial ligero L300 Colt y un monovolumen compacto de siete plazas; este último tendrá pronto una versión de Nissan con el nombre de Expander que llegará el tercer trimestre de 2017. La fábrica producirá 60,000 unidades para el mercado local y el resto se destinará a exportación.Aplicar los procesos de Japón La planta de Karawang utiliza procesos de producción similares a los utilizados por la planta Okazaki de Mitsubishi en Aichi, Japón. La línea cuenta con un sistema de cinta de transporte de suelo sobre el que se colocan los automóviles juntos sobre plataformas móviles de un tamaño similar a un tatami (tapiz) japonés. El resultado es una línea de ensamblado más corta de lo habitual donde los vehículos se colocan de manera consecutiva sobre raíles suspendidos. Este diseño en Indonesia facilita la planificación de la producción para adaptarse a las fluctuaciones de la demanda. Al igual que Okazaki, Karawang cuenta con un taller de pintura que funciona más rápido de lo normal, cuenta con una unidad de secado menos y también ahorra en consumo de energía y emisiones de CO2.
Se formó a varios trabajadores indonesios durante dos meses en Japón y los que cumplieron con el nivel exigido se designaron como formadores locales. El personal de ensamblado utiliza lectores de códigos de barras, PC y tablets para gestionar su trabajo, igual que en Japón.
Por otra parte, en las Filipinas, Mitsubishi recientemente aumentó su producción con la adquisición de la planta de Santa Rosa, en Laguna, que anteriormente utilizaba Ford. Esto permitió a Mitsubishi trasladarse desde su planta de 180,000 metros cuadrados en Cainta con capacidad anual de 30,000 a la nueva fábrica de 210,000 metros cuadrados para añadir una nueva instalación de estampado y construir 50,000 unidades anuales. En la inauguración en enero de 2015 la marca aseguró que renovaría las instalaciones para estar a la altura de las demás plantas de Mitsubishi, con la automatización del pintado de componentes, un proceso de tres capas y un horneado para los vehículos y una "sofisticada máquina de medición de carrocería”.
Gracias al nuevo taller de prensado ya no es necesario importar techos, capós, el suelo de los maleteros y otras partes que anteriormente llegaban desde Tailandia. El objetivo es alcanzar un 50% de producción local, para lo que Mitsubishi ha atraído a 30 proveedores de primer nivel cerca de la planta, entre ellos se encuentra Denso y otras importantes empresas japonesas, también esta contratando a proveedores locales. Entre las empresas locales se incluye Manly Plastics, que produce molduras para las rejillas de ventilación, panel de mando y parachoques. Otra empresa local es Valerie Products, una estampadora de metal que también suministra ensamblados para el depósito de combustible.
Otro de los aspectos a tener en cuenta será el impacto en la fábrica de Santa Rosa que tiene capacidad para producir el Mirage actual a un ritmo de 50,000 unidades anuales y la capacidad de doblar esta cifra a corto plazo. Se prevé que la producción de 2017 sea de 40,000 Mirage sedán y hatchback. Mitsubishi también produce una cantidad reducida del SUV Adventure y el furgón L300 en las Filipinas, en 2016 la producción total fue de 22,000 unidades. Cabe destacar que Mitsubishi fue una de las dos marcas, la otra fue Toyota, que consiguió el apoyo del gobierno filipino con un programa de incentivos de 600 millones de dólares para aumentar la producción de vehículos.
A largo plazo es posible que Mitsubishi vuelva a redistribuir determinados modelos o tipos de vehículos en su red de producción. Por ejemplo, la prensa ha informado sobre la posibilidad de que Indonesia se centre en la producción de monovolúmenes y desplace la producción de modelos pick-up y SUV a Tailandia. También se ha especulado con la posibilidad de que Santa Rosa produzca monovolúmenes para aumentar la producción hasta 100,000 unidades. La planta de Karawang también aumentará su producción con el ensamblado de kits CKD del Pajero Sport, aunque también seguirá importando vehículos terminados.
No solo se pretende ahorrar y conseguir sinergias en la producción; en febrero de 2017 Nissan y Mitsubishi establecieron un centro conjunto de logística en Tailandia. Como parte de sus ambiciones de crecimiento, Mitsubishi expandirá también su red de concesionarios en las Filipinas, Indonesia y Tailandia en un 20% para 2020, mientras que las Filipinas quiere alcanzar una cuota de mercado del 15%.